martes, 10 de septiembre de 2013

huella vital

Todos desde el momento que nacemos, estamos expuestos a nuestro ambiente. Eso genera una huella vital.

Eso condiciona nuestro día a día, nos moldea como personas. Así que repercutirá también ese modelaje, esa huella,  marcando en qué tipo de sanitario somos.

La idea que hay desde fuera, es que cada uno es médico sin más. Uno puede tener una formación específica si, pero cómo interpreta, utiliza y ejecuta aquello que sabe , depende de su huella vital.

Los contextos de cada uno de nosotros son básicos. Si yo hubiese nacido en una familia, que para dormir se ponen un calcetín rojo en la cabeza, para mi lo normal sería eso, y hubiera sido el hazmereír en las colonias de mi escuela. De eso nadie duda. 

Pero, ¿quién piensa en las realidades que hay detrás de cada uno de nuestros pacientes? ¿Quién es capaz de hacerse con la panorámica de la vida de nuestros pacientes? ¿Quién mira la causa de las causas? 

Lo fácil es decir que alguien tiene un índice de masa corporal de 40, lo difícil es saber por qué llegó allí.  Cuantos casos, se pueden leer o ver en el cine, de pacientes obesos, que necesitan grúas para sacarlos de casa o los bomberos..... Pero quién puede llegar a creer que uno llega a esos extremos por voluntad propia?? 

Hay pacientes que son hiperdemandantes, lo superficial y rápido es juzgarlos como pesados. Qué difícil es entender la soledad, los complejos, las dificultades para sociabilizarse y qué complicadísimo es esclarecer, la realidad que existe en común en todas esas demandas. 


Quizás las personas no saben decir aquello que en realidad quieren decir. La generación de la postguerra, no se les permitía sentir ni expresar sus opiniones. A veces, es complejo entender lo que en realidad te quieren decir. Eso conlleva trabajo, energía que cada uno debe gastar. También precisa tener una visión de 360º. 


Por otro lado, el sanitario, tiene sus propias dificultades. Entender los miedos que se pueden tener, en una ciudad como Barcelona, para un recién llegado de comarcas, a veces son sorprendentes. Entender, que hay realidades, infancias, entornos diferentes a nuestro entorno de referencia, parece más propio de una obra de Dickens que de uno de nuestros pacientes. 

Hoy de nuevo recomiendo una lectura de Juan Irigoyen, una realidad vista en nuestras vidas muchísimas veces. 

"Ser consciente de la ignorancia es un gran paso hacia el saber" Bejamin Disraeli


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